jueves, 9 de junio de 2011

La bella durmiente del bosque

Nunca. Nunca se había dado una fiesta tan hermosa. Todas las hadas del reino habían sido invitadas para festejar el nacimiento de la princesita y cada una le había llevado su regalo. Una le había regalado belleza; otra, bondad; otra, inteligencia; otra, felicidad.
De pronto, enojadísima porque se habían olvidado de invitarla, apareció el hada Gris y dijo:
- ¡Cuando la princesita cumpla quince años se pinchará el dedo con un huso y morirá!
Sólo el hada Melusina, que no había hablado todavía, podía cambiar estas palabras.
- Se quedará dormida -dijo-, pero no morirá.
- ¡Que se quemen todos los husos del reino! -ordenó el rey.
Y se quedó tranquilo.
Pasó el tiempo, y la princesita cumplió quince años.
Ese día, mientras todos preparaban la fiesta, la princesita subió a la torre del castillo. ¡Ay! Allí estaba el único huso que se habían olvidado de quemar.
La princesa se pinchó el dedo y se quedó dormida, y junto con ella quedó dormido todo el castillo.
Ya hacía cien años que estaba así cuando, un día, llegó un hermoso príncipe encantado.
- Es un castillo encantado. No entres -le dijeron todos.
Pero el príncipe entró y besó a la princesita. Y su beso la despertó. Entonces todo el castillo se despertó con ella, y la fiesta que estaban preparando cuando todos se quedaron dormidos se realizó para festejar la boda del príncipe y la princesita.






1 comentario:

  1. es muy lindo este cuento gracias por publicarlo.. se los contare a mis niñitos.

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